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Encuentre alimentos cerca de su casa

Community Connection: Adriana Govea Mendoza & Familias en Acción

My name is Adriana Govea Mendoza and I’m 45 years old. I’ve lived in Portland for 26 years. I started my volunteer work 22 years ago. Now I’m a volunteer with Familias en Acción in the Abuela, Mamá y Yo program. I’m also working with the food promoters, we take food to people’s homes.

When I first came to this state I always thought about what my grandmother told me, “Help. It doesn’t matter what or who. You will learn more by serving others.” So, I have learned, I’ve learned goodness and humility from people. There are families that don’t have much to eat right now and when you arrive with the box of food they immediately offer you something, they make you feel like part of the family and when you are alone in this country you become part of this family.

My children inspire me, my daughter started volunteering with me when she was 13 years old. Seeing my children help others — for me that is the reward. I feel useful. When families or community members need something they think of me. For me that is beautiful. I don’t think that my life would be what it is if I wasn’t involved with these community organizations.

Being a Latina woman, with english not being my first or second language, and receiving this opportunity to help my community — knowing that there are families waiting for their box of food, waiting for my call, waiting for my support — that is my fuel. It is what I need to keep going. My personal challenge every day is to live to get ahead and to give my children and myself an example of how to be a better person. I think that what we sow in our children today will give us a better tomorrow.

The census work is very educational. I took the class and I learned how to respond to the questions. There were questions I did not know how to answer but I had the resources to learn and ask questions. Sometimes the questions seem simple but in recognizing that you don’t know the answer you learn more. It gave me confidence to say, ‘I filled it out.’ I did it online and there is a thank you page at the end. I took a screenshot and I would tell people, I would not have filled it out if I didn’t know the answers.I was surprised to learn that many families had never filled a census. They said they didn’t know what it was and that surprised me a lot. I’ve learned a lot.

Today (because of the pandemic) we take food to people’s homes, food from Oregon Food Bank and the school pantries. Through the food promoters program we pick up the food and we take it to someone’s front door. I help families with their food, with their appointments, I help them find diapers, I help them find rent relief and relief for their bills.

In the beginning, many families would see us come to them with masks and would say, “I’m not sick.” They didn’t want to see us with masks and we had to explain, we have been to other homes, with other families and we do not want to put anyone at risk. Now, I can’t hug the children, we have to re-educate them so they understand. It is strange and uncomfortable.

The Latino community started out by not taking the pandemic seriously. We didn’t think it was going to be this bad. Many of us live day to day but we didn’t prepare ourselves, we didn’t collect the food we needed like beans and rice. Many would come to me and cry and say, ‘I don’t have anything to feed my children.’ The first few days it was chaos trying to find food for families.

Because of the pandemic I lost my uncle. He was one of the affected and he tested positive. He was put in quarantine but he also affected his children and his wife. They are still in quarantine but he lost his life. For us, as a family, this time of pandemic has been very marked, it has been a difficult season.

Today things have gotten a little better and it’s thanks to the food boxes. I go there and pick them up and I help about 50 families per month. Knowing that these boxes have everything, milk, butter — many might not know where they come from but they always say ‘God bless the places these boxes are coming from’ because now many families won’t have to worry about what they will feed their children. All of this help is a ray of sunshine coming in through the window.

Vecinos en Acción: Adriana Govea Mendoza y Familias en Acción

Mi nombre es Adriana Govea Mendoza y tengo 45 años. Vivo en Portland desde hace 26 años. Empecé mi trabajo comunitario hace 22 años. Hoy soy voluntaria con Familias en Acción en el programa Abuela, Mamá y Yo. También con las promotoras de alimentos que llevan alimentos a las casas.

Cuando yo llegué a este estado siempre se me vino a la cabeza que mi abuelita decía, “Ayuda. No importa que o a quien. Aprendes más de lo que tú sirves.” Entonces he aprendido bondad, humildad, en las personas. Hay familias que no tienen ahorita que comer y llega uno con la despensa y inmediatamente te ofrecen y te hacen sentir parte de su familia y cuando estás solo en este país eres parte de esa familia.

Me inspira que mis hijos crecen, mi hija desde los 13 años ya era voluntaria conmigo y ver que mis hijos ayudan también a los demás — para mi esa es mi recompensa. Sentirme útil. Sentir que cuando las familias o la comunidad ocupan algo, ellas piensan en llamarme. Para mi es lo mas bonito. No creo que mi vida sería mi vida si no estuviera involucrada en estas organizaciones.

Siendo mujer latina que el inglés no es ni mi primer ni el segundo idioma y que me dan la oportunidad a servir a la comunidad — el saber que hay familias esperando una caja de alimentos, esperando mi llamada, esperando de mi apoyo — eso es la gasolina de mi carro, es lo que necesito para seguir corriendo. Es mi reto dia a dia de vivir para salir adelante y de darle un ejemplo a mis hijos y a mi misma de cómo ser una mejor persona. Creo que lo que sembramos en los niños hoy va a ser el futuro de mañana.

El trabajo del censo es muy educacional. Tome el entrenamiento, sabía como responder a las preguntas y tuve muchas preguntas a las que no sabía responder pero tenía los recursos para hacer esas preguntas. A veces las preguntas parecían simples pero al reconocer que no sabes la respuesta aprendes mas. Y da la confianza de decir ‘yo ya la llene.’ La hice en línea y sale una pagina de gracias por completar el censo. Y le tome una foto y la mostraba y decía que si no hubiera estado segura no hubiera respondido a las preguntas. Me sorprendí porque había muchas familias que nunca lo habían completado. Dicen que no sabían que era y eso me sorprendió mucho. Aprendi mucho.

Hoy en día llevamos la comida a las casas, del banco de comida y también de las escuelas. Del programa de promotoras de alimentos recogemos la comida y la llevamos a las puertas de las casas. Ayudo a familias a hacer sus citas, a encontrar panales, ayuda con la renta y los biles.

Muchas de las familias, llegamos con las máscaras y dicen ‘yo no estoy enferma.’ No querían que llegáramos con máscara y les explicamos que, yo he estado en otros lugares con otras personas y no quiero poner en riesgo a su familia. No puedo abrazar a los niños de las familias que ayudo, les tenemos que re-educar para que entiendan. Es extraño e incómodo.

Los latinos empezamos a ver lo de la pandemia y lo llevamos a la ligera. No pensamos que iba a ser tan grave la pandemia y lo tomamos al principio a la ligera. Entonces hubo muchas familias que vivimos dia a dia pero no nos fuimos preparando, coleccionando cosas como frijol o arroz. Muchos lloraban y decían, no tengo a darle a mis hijos. Los primeros días fue un caos intentar encontrar comida para las familias.

Por la pandemia perdí a mi tio. El fue un afectado y dio positivo al virus. Lo pusieron en cuarentena pero afectó a sus dos hijos, a su esposa. Ellos siguen en cuarentena pero él perdió la vida. Y para nosotros como familia ha sido muy marcada esta pandemia y muy marcada esta estación.

Ahora ha mejorado un poco gracias a las cajas de comida. Yo voy a un lugar a recogerlas y tienen de todo y ayudo al menos 50 familias cada mes. El saber que las cajas tienen todo, leche, mantequilla, de verdad muchas no saben de donde vienen pero que dios bendiga a esos lugares porque ahora muchos no tienen que preocuparse de darles de comer a sus hijos. Es un rayito de sol entrando de la ventana, eso es toda esta ayuda que estan dando.

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