SNAP genera resultados positivos en la prevención de la falta de vivienda, la educación y el aprendizaje temprano así como en la conservación de empleos, la equidad en la salud y la salud conductual.

El Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), anteriormente conocido como cupones de alimentos, es una fuente principal de asistencia alimentaria para muchas personas y familias de bajos ingresos. Este es el programa más eficaz contra el hambre de nuestro país, el cual permite que millones de personas salgan de la situación de pobreza cada año. SNAP tiene un papel indispensable en la mitigación de la pobreza, pues coloca recursos adicionales en las manos de las personas que más los necesitan. SNAP proporcionó en promedio cerca de $183 por mes (más o menos $6 por día) por persona durante el año fiscal 2023. Aunque el objetivo principal de este modesto beneficio es permitir que las personas puedan comprar alimentos, una cantidad significativa de investigaciones realizadas por más de 15 años demuestra cómo SNAP mejora nuestro bienestar general traspasando el ámbito de la seguridad alimentaria.

• Primero, SNAP juega un papel fundamental en la prevención de la falta de vivienda. Puesto que alivia las dificultades materiales de las personas y familias de bajos ingresos, reduce el riesgo de desalojo y funciona como estabilizador económico. Asimismo, ofrece estrategias de prevención contra la falta de vivienda dando acceso directo a inquilinos, debido a la importante intersección entre residentes de Oregón que requieren SNAP y quienes rentan.

• En segundo lugar, SNAP mejora los resultados de la educación y del aprendizaje temprano al asegurar que haya suficiente apoyo nutricional para el desarrollo de niñas y niños, el cual, a su vez, reduce el ausentismo crónico, mejora el desempeño académico y facilita las condiciones que permiten desarrollar habilidades sociales saludables.

• En tercer lugar, SNAP se asocia constantemente con una reducción en los costos de salud pues ayuda a las personas con bajos ingresos a satisfacer sus necesidades alimenticias y contribuye con la prevención o el mejor manejo de condiciones de salud.

• Finalmente, SNAP garantiza que exista un nivel de apoyo nutricional invaluable para la salud conductual y puede mitigar las repercusiones que tiene la inseguridad alimentaria ya que tienen efectos mezclados en el bienestar mental y social de las familias de bajos ingresos.

A pesar del éxito de SNAP, hay demasiadas personas que quedan excluidas del programa por razones arbitrarias como el lugar donde nacieron o si van a la universidad. Los legisladores deberían considerar la implementación de políticas que pongan fin a estas exclusiones dañinas.

Prevención de la falta de vivienda

No se puede seguir abordando la inestabilidad de vivienda sin incluir la inseguridad alimentaria. Sin embargo, las y los inquilinos en Oregón tienen seis veces más probabilidades de experimentar hambre que las personas que son dueñas de sus viviendas. Más del 50 por ciento de las personas que rentan en Oregón carecen de ingresos suficientes que les permitan pagar el alquiler y cubrir sus necesidades básicas, como alimentos y medicinas. La asistencia financiera que suministra SNAP no solo contribuye a cubrir los costos de vivienda sino que además mejora las probabilidades de lograr y mantener estabilidad económica.

La seguridad alimentaria reduce el riesgo de atrasarse en los pagos del alquiler y, por tanto, el riesgo de desalojo o embargo. Las dificultades materiales que enfrentan las personas que pagan alquiler son una de las principales causas de falta de vivienda en Oregón. Más del 86 por ciento de todas las solicitudes de desalojo en Oregón tienen que ver con alquileres inasequibles. Por cada incremento de $100 en el alquiler, la cantidad de personas sin vivienda incrementa en un 9 por ciento. SNAP alivia la tensión financiera asociada con satisfacer las necesidades básicas al brindar asistencia financiera a habitantes de Oregón de bajos ingresos lo que permite que las familias tengan fondos disponibles para usarlos en otros gastos básicos como el pago del alquiler o la hipoteca.

Además de aliviar la tensión financiera, SNAP también ha servido durante mucho tiempo como un “estabilizador automático durante las crisis económicas”, ayudando a las familias a mantenerse en momentos de incertidumbre y cambio. SNAP tiene un papel importante como complemento de los salarios bajos o fluctuantes de trabajadores y al ayudar a las personas durante periodos repentinos de desempleo en el mercado laboral poco confiable. SNAP también mejora la probabilidad de que una persona conserve su trabajo. Un estudio que se hizo a personas recién integradas al programa de SNAP encontró que tan solo 6 meses después de comenzar a recibir la ayuda de este programa, las familias tuvieron menos probabilidades de experimentar cambios en la situación laboral, el salario o el número de horas de trabajo.

Finalmente, ampliar el acceso a SNAP sería una forma eficiente y eficaz de fortalecer la estabilidad de la vivienda en Oregón. La intersección entre las personas en Oregón que requieren SNAP y quienes pagan alquiler es sustancial. Cerca del 75 por ciento de las personas que reciben asistencia del gobierno pagan un alquiler. En otras palabras, mejorar el acceso al SNAP beneficiaría directamente a las personas que rentan su vivienda. De hecho, las familias tienen menos probabilidad de ser desalojadas tan solo seis meses después de comenzar a recibir la ayuda de SNAP, Es importante destacar que las familias que experimentan inseguridad alimentaria tienen un 62 por ciento más de probabilidades de experimentar eventualmente inestabilidad en la vivienda. La seguridad alimentaria es esencial para promover las condiciones necesarias para que las personas logren alcanzar y sostener una vida estable. SNAP sirve como la base de la seguridad alimentaria para muchas personas de bajos ingresos que pagan alquiler en Oregón.

La educación y el aprendizaje temprano

No se puede subestimar la importancia de la nutrición en la educación y el aprendizaje temprano. Podemos establecer educación de alta calidad y centros de cuidado infantil con buenos recursos. Pero estos no abordan otros aspectos críticos para que un menor tenga la capacidad de aprender y tenga éxito.

La inseguridad alimentaria puede tener un efecto profundo y duradero en el desarrollo físico, cognitivo y socioemocional de los menores, en especial durante la primera infancia. Tener acceso a SNAP durante la primera infancia aumenta la autosuficiencia económica de las niñas y las mujeres en términos de mayor logro educativo, ingresos y ganancias, y reducción de la pobreza y participación en programas de asistencia pública en la edad adulta. La buena nutrición durante este periodo de desarrollo en los niños es una de las formas más impactantes en las que podemos sentar una base sólida para el futuro.

Para mitigar el impacto de la inseguridad alimentaria en la educación y el aprendizaje temprano, es esencial implementar estrategias integrales que amplíen el acceso a la asistencia nutricional. Las y los niños que enfrentan inseguridad alimentaria en casa tienen mayor probabilidad de enfrentar ausentismo escolar crónico y están en mayor riesgo de abandonar la escuela definitivamente. Aunque los programas y las instituciones por sí mismos no pueden garantizar que haya suficiente alimento en casa, los dólares de SNAP que tienen padres y cuidadores en sus bolsillos sí lo garantizan.

Tan solo ampliar la participación en SNAP reduce las brechas en el desempeño académico. Un estudio demostró el vínculo causal entre las fechas de las transferencias de SNAP y las calificaciones en los exámenes. Después de asignar fechas de transferencias al azar, se encontró que los estudiantes que presentaron exámenes dos o tres semanas después de recibir los beneficios de SNAP tenían mejores calificaciones mientras que los estudiantes que presentaron exámenes cerca del final de mes (cuando hay menos fondos) tuvieron calificaciones más bajas. Otro estudio encontró que los estudiantes que experimentaron escasez de recursos tuvieron resultados menos favorables en el SAT, lo que tiene un efecto en la oportunidad de ir a la universidad y por tanto en el salario que recibirán el resto de sus vidas.

Los resultados de los exámenes no son el único indicador del éxito educativo. Las habilidades sociales y la resiliencia emocional también son indicadores clave de una educación sólida. Diversas investigaciones indican que la inseguridad alimentaria en los hogares, "incluso en niveles de inseguridad menores, se correlaciona con dificultades conductuales, académicas y emocionales en niños desde la infancia hasta la adolescencia". Los estudios también muestran que los niños que pasaron de enfrentar inseguridad alimentaria en primer grado a tener seguridad alimentaria en tercer grado aún tenían puntajes significativamente más bajos en habilidades sociales, lo que indica que " la seguridad alimentaria marginal puede afectar las habilidades interpersonales y el desarrollo de los niños, incluso después de que la inseguridad alimentaria ya no sea un problema persistente en el hogar". La capacidad de un niño para navegar los aspectos sociales del entorno educativo afecta su capacidad para aprender e interactuar con las demás personas mientras se prepara para tomar decisiones que cambiarán su vida en la edad adulta. Cuando los menores reciben SNAP no solo se incrementa el ingreso laboral de los adultos y reduce la pobreza, sino que además la probabilidad de encarcelamiento de hombres que no son blancos entre los seis y dieciocho años se reduce en un 2.4 por ciento.

Dar prioridad a la educación y al aprendizaje temprano sin antes tener una estrategia para acabar con el hambre infantil es como colocar una planta en una maceta nueva pero no regarla. La seguridad alimentaria es fundamental para crear comunidades seguras y saludables en las que los niños puedan prosperar y es de vital importancia para que alcancen un desarrollo cognitivo y socioemocional saludable. Aumentar el acceso a SNAP para garantizar que menos niños en Oregón crezcan con hambre es una inversión en el futuro de Oregón.

Equidad en salud

SNAP es vital para satisfacer las necesidades nutricionales básicas de muchas personas de bajos ingresos y, por lo tanto, es fundamental para la salud y el bienestar general. SNAP es el programa de asistencia alimentaria más importante del país y es por esto por lo que se debe utilizar en estrategias de intervención de atención médica para las personas de bajos ingresos. SNAP ayuda a mejorar la ingesta alimentaria y al hacerlo contribuye a intervenir y prevenir problemas de salud; mejora la capacidad de manejar los problemas de salud; y reduce los costos por atención médica.

La inseguridad alimentaria se ha relacionado durante mucho tiempo con una amplia variedad de condiciones de salud. La falta de recursos para comprar alimentos conduce a mayores niveles de estrés, malnutrición y una amplia variedad de condiciones de salud, incluida una lista abrumadoramente larga y cada vez más larga de enfermedades y sus tasas de mortalidad asociadas, que incluyen condiciones cardio metabólicas como diabetes, hipertensión, enfermedad coronaria, enfermedad renal crónica, insuficiencia cardíaca congestiva, ataques cardíacos y más. En la infancia, la inseguridad alimentaria actúa como factor precipitante del desarrollo de estos problemas de salud. Un estudio que abarcó a más de 350,000 niños reveló que aquellos inscritos en SNAP tenían tasas más bajas de anemia y deficiencia nutricional en comparación con los niños de bajos ingresos que no participaban en el programa. Puesto que la participación en SNAP disminuye notablemente la inseguridad alimentaria en los hogares de bajos ingresos, se le vincula con una mayor probabilidad de tener una salud "excelente o muy buena".

Como SNAP da a los hogares mayor flexibilidad financiera, ayuda a evitar que las familias tengan que decidir entre comprar alimento o pagar cuidados médicos. SNAP opera en la confluencia de factores sociales y económicos que tienen un impacto en la salud. Por ejemplo, los hogares con inseguridad alimentaria a menudo recurren a estrategias de afrontamiento que pueden ser perjudiciales para la salud, como no tomar medicamentos debido a su costo, posponer o renunciar a la atención médica preventiva o necesaria, no adquirir los alimentos necesarios para dietas médicas especiales y diluir o racionar la fórmula infantil.

Participar en SNAP también se asocia con una reducción en el gasto en atención médica entre personas adultas de bajos ingresos. Las investigaciones muestran que, en promedio, las personas que no tienen acceso constante a alimentos adecuados gastan alrededor de un 45% más en atención médica en un año ($6,100) que aquellas en hogares con seguridad alimentaria ($4,200), después de tener en cuenta las características socioeconómicas y demográficas que podrían afectar a los hogares con inseguridad alimentaria. Las admisiones hospitalarias por hipoglucemia son más comunes al final del mes entre individuos de bajos ingresos con diabetes que entre aquellos de altos ingresos con diabetes. Esto sugiere que los pacientes de bajos ingresos tienen más probabilidades de experimentar hipoglucemia cuando es más probable que se agoten los beneficios alimentarios, como SNAP. Según un estudio realizado en adultos mayores inscritos tanto en Medicare como en Medicaid, la participación en SNAP se relacionó con una disminución en las hospitalizaciones, y se observaron estancias hospitalarias menos costosas entre aquellos que fueron hospitalizados.

Abordar la inseguridad alimentaria es esencial para el bienestar inmediato de las personas, pero también lo es para prevenir las disparidades de salud a largo plazo y para promover la equidad de salud en general. Utilizar enfoques integrales para la equidad en la salud que utilicen asistencia alimentaria puede ser fundamental en la mejora a largo plazo de la salud de personas y familias de bajos ingresos.

...las personas que no tienen acceso constante a alimentos adecuados gastan alrededor de un 45% más en atención médica...

... la participación en SNAP se relacionó con una disminución en las hospitalizaciones, y se observaron estancias hospitalarias menos costosas entre aquellos que fueron hospitalizados.

Salud conductual

Si bien el objetivo principal de SNAP es abordar la inseguridad alimentaria, también brinda beneficios invaluables para la salud conductual. SNAP lleva las personas a presentar tasas menores de episodios depresivos graves, problemas de salud mental, y pensamientos suicidas. La presión financiera y la incertidumbre sobre tener suficiente comida, especialmente en tiempos de crisis o inestabilidad, generan y agravan la angustia psicológica que conlleva efectos acumulativos en la salud conductual.

Por ejemplo, los comportamientos y estrategias de afrontamiento que se utilizan para lidiar con la inseguridad alimentaria— como reducir el tamaño de las comidas—pueden aumentar el aislamiento social y la falta de apoyo, lo cual es especialmente perjudicial para las poblaciones que podrían necesitar apoyo adicional, como madres primerizas que ya tienen mayor riesgo de sufrir depresión posparto. Otras formas de inseguridad y consecuencias relacionadas con el alimento incluyen la exclusión social, que ocurre cuando las personas carecen de los recursos financieros necesarios para cumplir con las normas sociales y culturales de sus comunidades en relación con la alimentación. SNAP a menudo es el apoyo fundamental que brinda tranquilidad cuando las personas ya están lidiando con las numerosas repercusiones sociales y mentales de la pobreza.

SNAP lleva las personas a presentar tasas menores de episodios depresivos graves, problemas de salud mental, y pensamientos suicidas

Recomendaciones: Poner fin a las exclusiones dañinas para que todas las personas tengan acceso a estos beneficios

En 2024 se cumplirán 50 años desde que SNAP se convirtió en un programa a nivel nacional. Esto es motivo tanto de celebración como de reflexión. Es motivo de celebración porque SNAP ha mejorado significativamente la calidad de vida de decenas de millones de estadounidenses, por las razones mencionadas anteriormente. Es motivo de reflexión porque, a pesar del éxito de SNAP, todavía hay demasiadas personas que quedan fuera de este programa.

Los legisladores a nivel estatal y federal deberían fortalecer SNAP poniendo fin a las exclusiones dañinas para garantizar que todas las tengan acceso al alimento.

A nadie se le debe negar asistencia alimentaria simplemente por:

• Donde nació alguien. En Oregón, más de 60,000 personas no son elegibles para recibir SNAP debido a su estatus migratorio. Esto incluye a personas que son residentes legales permanentes pero que aún no han superado la "barra de 5 años", beneficiarios de DACA, personas en proceso de solicitud de asilo, oregonianos que son indocumentados y personas con Estatus de Protección Temporal.

• que asisten a la universidad Actualmente, muchos estudiantes universitarios de tiempo completo no son categóricamente elegibles para SNAP. Esta exclusión se basa en suposiciones obsoletas sobre las personas que asisten a la universidad.

• Si alguien tiene dificultades para encontrar trabajo a tiempo completo.

• Si la persona vive en tierras designadas como Reservas.

• Si alguien gana “demasiado” para calificar para SNAP, pero todavía tiene dificultades para pagar la comida.